Una investigación realizada por Graciela Catalá, titulada en el Campus de Gandia de la Universitat Politècnica de València, ofrece las claves de un turismo apto para personas con discapacidad. Catalá es guía oficial y diplomada en Turismo y ha realizado este análisis como Trabajo Final del Grado en Gestión Turística, para dar respuesta a sus propias experiencias profesionales con personas con discapacidad: «Me encontraba que no podían disfrutar de las rutas turísticas clásicas. Y sólo con que haya una persona con algún tipo de discapacidad en un grupo, debe adaptarse la visita del grupo para que esa persona también pueda disfrutarla».
Para poner en práctica muchos de los conocimientos extraídos de su investigación, Català ha diseñado una innovadora ruta turística en el centro histórico de Gandia, apta para personas mayores y personas con discapacidades. Para Català, el Centre Històric de Gandia es perfecto para hacer una visita apta para todos los públicos, porque es plano y bien pavimentado y los monumentos más importantes tienen acceso a pie de calle.
La visita que propone introduce cambios respecto a la que se realiza habitualmente. Elimina, por ejemplo, el punto de partida tradicional, una vista panorámica desde el puente peatonal sobre el río Serpis, ya que a las personas invidentes no les aporta nada y a las personas con sillas de ruedas tampoco, pues la altura de la barandilla del puente les impide ver. Comienza en cambio en el rincón del Pare Leandro Calvo, junto a la plaza de las Escuelas Pías, donde hay una maqueta del centro histórico que puede ser tocada y que tiene además muy buen acceso en autobús. La visita incluye el MAGA, la Colegiata, el Palau dels Borja y la Casa de la Cultura, porque la mayor parte de ellos han realizado adaptaciones para personas con discapacidad y, aunque aún presenten algunas deficiencias, éstas son fácilmente subsanables.
Según Català, desde el consistorio gandiense se está haciendo un gran esfuerzo por convertir este municipio en la capital del turismo y para ello es necesario que continúe avanzando en un tema tan de vanguardia, como es conseguir ofrecer un Turismo para todos. La clave para ello sería, en primer lugar, la formación del personal hostelero y turístico, de forma que tuvieran la capacidad de atender correctamente a cualquier persona.
Por otra parte, afirma que la Organización Mundial del Turismo reconoce el derecho universal a disfrutar del mismo, pero muchas personas no pueden hacerlo debido a barreras físicas y humanas: «Los errores se cometen por falta de formación, no por mala voluntad». La titulada afira que el colectivo de personas con discapacidad dispone de más tiempo libre y quienes viajan suelen ser amantes de la cultura y huyen de las aglomeraciones, por lo que buscan realizar actividades en temporada baja y contribuyen así a la desestacionalización. Se trata además de un público en aumento. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2020 habrá un 10% de público con alguna discapacidad, cuando en la actualidad hay un 8,8% de personas.
Fuente: lasprovincias.es