-Están preparando una guía de turismo accesible, ¿podremos verla este verano?
-Creo que sí. Lleva mucho tiempo y se retrasó todo por mi embarazo, hay tanto trabajo y somos tan pocos… Va a ser una miniguía, recaudamos información a través de Turismo e Internet y vemos que prácticamente no hay nada adaptado en la zona, hay muy poco. Lleva un poco de información para que comercios y entidades puedan adaptar sus establecimientos, aunque sea una parte.
-¿Tiene alguna cifra de establecimientos adaptados?
-Debe haber tres o cuatro hoteles adaptados en Cangas. La guía también incluye los que tienen una parte adaptada, por ejemplo hay restaurantes con rampa pero no con el baño. Algunas casas rurales y hoteles nos dicen que tienen alguna habitación.
-¿Tienen más objetivos a corto plazo en cuanto a accesibilidad?
-Sí, vamos a hacer unos dípticos para sensibilizar a la gente que aparca en las rampas de los discapacitados y en plazas reservadas. También queremos trabajar con el Ayuntamiento de Cangas, trasladarles los puntos negros para que desde el departamento de Obras puedan arreglarlo poco a poco. Por ejemplo, hay aceras que todavía están sin rasar y es simplemente rebajar el bordillo, o hay veces que uno está rebajado y el de en frente no. También vemos a veces, en las aceras, sillas que molestan al pasar con un carricoche de bebé, imagínate una persona en silla de ruedas. Entre todos y con pequeñas cosas podemos hacer mucho, es todo empezar y ver.
-¿Se está perdiendo la comarca un nicho de potenciales clientes por no tener los espacios adaptados?
-Yo creo que sí, pero tampoco sé cuánta demanda hay de personas con discapacidad en la zona. Podríamos elaborar un pequeño cuestionario en el que las personas que pasen ahora por Cangas dejen reflejado qué les pareció su estancia y si consideran que hay pocos sitios adaptados. Recalcaría que hay mucha desinformación y creo que con la «miniguía» sí se podría abrir un camino de información hacia los hosteleros y comerciantes. Hay veces que, simplemente poniendo una cuña de madera, sin hacer obra, ya te está abriendo el camino. La idea es fomentar otro tipo de turismo, trasladar la guía a las federaciones asturiana y española y que sepan a dónde pueden venir .
-Otro de los problemas del colectivo de discapacitados es la inserción laboral, ¿cree que también se trata de falta de información?
-Yo creo que también, sí. El año pasado creamos un servicio de inclusión laboral que informa tanto a las empresas como a las personas con discapacidad. Sí hay un gran desconocimiento de lo que es la discapacidad, cada una es un mundo. Hay personas con discapacidad intelectual que valen perfectamente para unos trabajos una vez han hecho su formación. Este año trabajamos con Alimerka y con Alsa, les proporcionamos la bolsa de empleo y ellos les hacen las entrevistas.
-¿Cree, además, que podría haber cierto prejuicio?
-Yo creo que no existe un prejuicio en este sentido. Creo que es mucho desconocimiento, yo misma y la gente que me rodea ya conoce la discapacidad, pero antes, qué bah, creo que es todo desconocimiento. En estos diez años de «Emburria» nos hemos abierto a la sociedad y la gente alucina de las cosas que se hacen desde aquí y de lo que pueden hacer las personas con discapacidad intelectual. Y Cangas creo que está muy sensibilizada, toda la comunidad, clubes deportivos, el Ayuntamiento el primero, comercios. Cuando pides una pequeña colaboración para organizar algo siempre están.
-Existe cierto rumor social de que las empresas sólo emplean a personas con discapacidad en plazas concebidas para ellas y con las que obtienen ventajas fiscales, ¿qué opina?
-Desde mi punto de vista creo que no, no lo querría ni pensar. Desde el servicio tenemos una preparadora laboral que hace el empleo con apoyo, los forma y hace un seguimiento cuando empiezan a trabajar. Si la persona o el empresario tiene alguna duda siempre está el preparador laboral, es fabuloso porque antes creíamos que era formarlos y luego ya a trabajar.
-En lo laboral estarán como el resto de la sociedad, padeciendo los estragos de la crisis y el paro.
-Ahora las cosas están muy mal, las empresas no llaman ni consultan, las personas con discapacidad están al paro como desgraciadamente todo el mundo. Preparamos un proyecto de huerto ecológico con el que ganamos el concurso de «Pueblos Solidarios» a través de la Red de Asociaciones del Oriente de Asturias. Ganamos 600 y pico euros que van a ir destinados a la preparación del huerto, para el que un vecino de Cangas nos cede una parcela y otro un invernadero. Ahora tenemos que labrar la tierra y comprar las semillas. La idea es poner en marcha un proyecto piloto para ver cómo funciona y, si todo va bien, crear grupos de consumo con las familias que quieran colaborar con la compra semanal o quincenal. Una vez que esto funcione y vaya a más, igual crear un centro de especial empleo o una sociedad limitada, una cooperativa, para que puedan también trabajar.
-El año pasado «Emburria» cumplió su décimo aniversario, ¿cómo ha cambiado la vida de los discapacitados en la zona desde entonces?
-La he visto mejorar un abismo, conozco chavales que prácticamente no habían salido de casa y «Emburria» les abrió las puertas totalmente. En el fomento de la autonomía, en poder tener relaciones, para las familias tener un punto de encuentro y relación con otras familias en su misma situación. A las familias se les abrió la mente, antes tendían a sobreproteger a los hijos, ahora mismo, qué bah.
-¿Qué le gustaría ver en los próximos diez años?
-El tema laboral, que ellos pudieran crear una empresa o un centro especial de empleo. Nos falta lo laboral, porque hay muchos que pueden trabajar y para ellos poder ganar su propio dinero sería muy importante.
-¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
-Me gustaría crear un proyecto de vida independiente, veo muchas personas con discapacidad que podrían vivir el día de mañana solas, en pisos normalizados. Desde la asociación se les buscaría un piso en el que vivieran cuatro con una educadora que fuera a controlarlos y entre ellos podrían gestionar el dinero.
Canguesa y dedicada por completo a la discapacidad
María Hórreo Montes nació en julio de 1979 en Cangas de Onís, donde fue al colegio Vázquez de Mella y al instituto Rey Pelayo. Estudió Educación Social en la Universidad de Oviedo y regresó a hacer las prácticas en los Servicios Sociales municipales, a través de los que empezó a ser voluntaria hace diez años, cuando se creó la asociación «Emburria». Luego la contrataron en el colectivo, del que ahora es gerente y también directora del centro que tienen en Cangas de Onís, donde hay un alojamiento para discapacitados. Pero su dedicación a la discapacidad no termina con la jornada laboral, pues también es voluntaria. Asegura que así tiene el contacto con los discapacitados que no puede tener en la oficina. «Es otro ámbito, que me encanta compartir con ellos», explica. En «Emburria» hay otros veinte voluntarios que hacen de todo, desde el acompañamiento en el ocio hasta la reparación de averías o el asesoramiento laboral y Hórreo recuerda que «cualquier persona que quiera puede ser voluntaria aquí». La asociación tiene en la actualidad unos cuarenta usuarios y sus familias y más de 200 socios colaboradores, que ayudan con una cuota a partir de diez euros al año.
<«Cangas está muy sensibilizada, toda la comunidad: clubes deportivos, el Ayuntamiento, comercios…»
>
<«Me gustaría crear un proyecto de vida independiente, veo muchas personas que podrían vivir solas con el asesoramiento de un educador»>
Fuente: La Nueva España