“Ninguna ciudad colombiana se puede considerar accesible”. La afirmación es del arquitecto bogotanoFederico Cardona Pabón, presidente del Consejo Iberoamericano de Diseño, Ciudad y Construcción Accesible, que acaba de visitar Medellín con motivo del primer Congreso Iberoamericano “Diseño Accesible, Construcción Responsable”.

Es accesible, explicó el experto, la ciudad que está pensada para todas las personas, sobre todo para aquellas con dificultades para acceder a los servicios, como las que tienen discapacidad, padecen enfermedades crónicas, obesidad, son de talla baja, altas, las embarazadas, mujeres con coches, los niños y ancianos.

“Casi el 30% de los colombianos no tiene las condiciones mínimas para desarrollar libremente su cotidianidad en las ciudades”, sostuvo.

Dijo que en Medellín, las últimas administraciones han trabajado bien en el tema. Sin embargo, falta mucho. Al preguntarle con cuánto la califica en accesibilidad, de 0 a 10, siendo 10 lo óptimo, solo le dio un 3, aunque aclaró que “cada vez subiendo más la calificación”.

La Secretaría de Inclusión Social, coordinadora de la política de discapacidad del Municipio, reportó que, en el censo de 2005, el Dane informó que en Medellín había 117.821 personas con discapacidad. En la encuesta elaborada por la Secretaría de Salud en 2010, se dijo que eran 47.500; la Unidad de Discapacidad registra en su base de datos a 13.000, mientras que el Isvimed, encargado de la vivienda social, señaló que, según la Organización Mundial de la Salud, el 12% de cada población tiene alguna discapacidad, “lo que indicaría que en la capital antioqueña habría unas 300.000 personas con discapacidad”.

Las diferencias en las cifras revelan el subregistro que hay de este grupo poblacional que, sin duda, es el que más sufre por el déficit de accesibilidad.

La socióloga invidente Omaira García dijo que Medellín tiene muchas barreras para personas con discapacidad. Indicó que las aceras siempre están ocupadas por vendedores, basuras, escombros, motos y hasta carros.

Para los invidentes, agregó, hay algunas aceras con línea táctil, muchas de ellas mal delineadas porque van a parar a cabinas telefónicas o postes.

Aceptó que los cruces semafóricos del Centro son sonoros, pero esto falta en muchos otros sectores.

Comentó que en el metro hay problemas para los invidentes en las horas pico, por la congestión y la cantidad de escalas que tienen que subir, pero casi siempre tienen la ayuda de la Policía, en especial de los auxiliares bachilleres.

La abogada Eliana Álvarez, intérprete de personas sordas, aseguró que uno de los sitios donde más inconvenientes tiene esta comunidad es el sistema metro. Con el cierre de puertas, por ejemplo, suena un pito, pero los sordos no se enteran de cuándo va a arrancar la máquina y eso es un peligro para ellos.

Cuando van en el tren, las estaciones son anunciadas por parlante, lo que impide que ellos sepan cuál sigue. El metro, sugirió, debería tener luces y tableros electrónicos para informar estas situaciones.

Muchos sordos no saben leer ni escribir y solo manejan lengua de señas. Por ello, otra falla que mencionó la abogada está en las universidades, que carecen de intérpretes para que esta población acceda a una carrera, y en hospitales y servicios odontológicos, donde se dificultan las comunicaciones para citas y atención.

Luis Fernando Quintero, quien está en silla de ruedas desde 1991, cuando ladrones le dieron un tiro en la columna vertebral por robarle una moto, aseguró que a la ciudad le hacen falta muchas rampas. Destacó que se ha avanzado un poco en ese aspecto, sobre todo en el centro, pero para movilizarse en su silla de ruedas debe esquivar muchos obstáculos, entre ellos las escalas para subirse a las aceras.

El secretario de Inclusión Social, Héctor Fabián Betancur, dijo que en la ciudad “se viene trabajando profundamente en andenes, señalética, rampas, tráfico, de modo que se minimice la no accesibilidad”.

Resaltó la tarjeta oficial que les permite a muchos discapacitados hacer cambiar los semáforos para cruzar calles.

Aseguró que, con Planeación Municipal, empezarán a trabajar en el proyecto para que, tanto a planes de obras públicas como de privadas, se les exija un sello de accesibilidad para concretarse. Esto se proyecta para 2014.

Además, anunció que harán reuniones con rectores de universidades, empezando con la de Antioquia, para buscar la inclusión de los sordos en exámenes de admisión, mediante intérpretes o con evaluaciones distintas, pues un sordo profundo nunca ha podido pasar el examen de aquella institución.

El pasado miércoles, el Isvimed y la Fundación de Arquitectos e Ingenieros Asociados (AIA), con la asesoría de la Fundación Colombia Accesible, firmaron un convenio para desarrollar hasta 2000 mejoramientos de viviendas de personas con discapacidad.

Diego Restrepo Isaza, director del Isvimed, afirmó que la meta para 2015 es beneficiar a unas 6.000 familias en este tema. Andrés Restrepo, presidente de AIA, precisó que este proyecto de 4113 millones de pesos se centrará en la accesibilidad de los baños de personas “con alteraciones permanentes en su movilidad”. Y Berny Bluman, director de Colombia Accesible, resaltó la importancia de los trabajos que se adelantarán, puesto que potenciarán la autonomía de esta población.

Jairo Gutiérrez, profesional de la Gerencia Comercial y Social del Metro, explicó que esta empresa enseña y aprende sobre la discapacidad. En infraestructura, habló de los ascensores, elevadores y apoyos isquiáticos que han instalado en muchas estaciones.

Sostuvo que los trenes han mejorado bastante en señalética exterior para el ingreso de personas con discapacidad auditiva. Agregó que en los últimos trenes que adquirieron hay espacios diseñados para sillas de ruedas, que también pueden entrar a los buses de metroplús. Añadió que el sistema inculca trato preferencial para embarazadas y ancianos.

Subrayó que la inclusión laboral del Metro, que ha tenido en su nómina a personas con discapacidad física y cognitiva.

Fuente: El Colombiano

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