Marisa Vitabile es arquitecta, especialista en accesibilidad. Padece una discapacidad motriz.

Considera que es indispensable que los espacios de uso público se basen en un diseño universal para que puedan ser usados con comodidad, autonomía y seguridad, independientemente de las capacidades de las personas. “La accesibilidad es para todos y lo que para unos es un elemento de confort, para otros es una necesidad”, advirtió.

Evitar los desniveles en entradas y salidas es uno de los principales requerimientos de accesibilidad de los hoteles. Si existen, se pueden salvar con rampas, ascensores y escaleras para garantizar la autonomía. Diseñar rampas abruptas o salvaescaleras no les permite a las personas con movilidad reducida acceder a la recepción para ser atendidas. “En los lugares públicos, la entrada principal debe tener 1,20 metro de ancho y, si la puerta es de vidrio, tiene que estar señalizada para evitar accidentes”, indicó Vitabile.

Maximiliano Mauvecin, director Ejecutivo de la Cámara de Turismo de Córdoba, sostuvo que la ciudad y la provincia avanzaron en la accesibilidad, pero que falta profundizar una estrategia más global, aunque en ese rumbo están. “Los sectores privado y público saben que hay que desarrollar cosas en este sentido, pero hay una realidad: no hay demanda ni hay oferta de discapacidad”.

Sobre los hoteles y la normativa vigente, expresó: “Hay muchos que cumplen, incluso más de lo que uno piensa. Pero los que pueden cumplir son los más caros, que son los más difíciles de acceder. Sería interesante ver cómo podemos hacer para ayudar a aquellos emprendimientos más pequeños. El sector privado no cuenta con financiamiento para reformas”, lanzó.

Fuente: La Voz

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