Más de 7 millones de españoles viajan en función de criterios de accesibilidad. Cuando lo hacen suelen gastar hasta un 25% más que el resto de turistas. La presión ejercida sobre las administraciones públicas y la mayor sensibilización social también han contribuido a alcanzar hitos importantes. Por ejemplo, hoy se puede recorrer parte de la muralla de Ávila en silla de ruedas
Turismo accesible es un término de cuño relativamente reciente que hace referencia al conjunto de soluciones que facilitan el acceso a las diferentes infraestructuras turísticas de forma normalizada, autónoma y segura. Es decir, que cualquier persona, con independencia de su grado de discapacidad, pueda hacer uso y disfrute de los medios de transporte públicos, hoteles, restaurantes, museos, parques, sendas naturales y otros recursos turísticos sin sufrir por ello, aunque sea de manera indirecta, ningún tipo de discriminación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 19,4% de la población mundial presenta algún tipo de discapacidad. Un porcentaje que en España se traduce en 3.850.000 personas, de acuerdo con los datos que maneja el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Este año se cumple el 20 aniversario de la creación de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (Predif). Cuando viajan, estas personas no lo hacen solas, sino que habitualmente lo hacen acompañadas. Por ello, desde Predif calculan que más de 7.000.000 de personas en nuestro país viajan en función de criterios de accesibilidad. Además, cuando lo hacen suelen gastar hasta un 25% más que el resto de turistas.
Dice el presidente, de Predif, Francisco Sardón Peláez, que ese dato se explica fácilmente porque “la normativa solo obliga a los hoteles de 4 y 5 estrellas a incluir en su oferta habitaciones accesibles, y estos son más caros”. A este gasto extra también hay que sumar otros como “los desplazamientos en taxi, imprescindibles en muchos casos debido a las limitaciones”.
Los datos de Predif indican que en 2012, las personas mayores y con discapacidad realizaron 783.000.000 de viajes dentro de la Unión Europea, un número que irá creciendo un 1,2% anual hasta 2020. Este tipo de turismo generó, también en 2012, hasta 8.700.000 puestos de trabajo y alcanzó una facturación bruta de 786.000.000 de euros.
Con mejoras pero con la necesidad de más compromiso
Según Sardón, la accesibilidad aplicada al turismo “ha evolucionado muy positivamente a lo largo de estos últimos años”, sobre todo porque ya no se diseñan planes “exclusivos para personas con algún tipo de discapacidad, como sucedía antes”. Por el contrario, ahora se practica un turismo “mucho más inclusivo”, o lo que es lo mismo, las personas con discapacidad comparten los mismos planes de ocio con el resto de los viajeros. Actualmente, tan sólo se plantean propuestas exclusivas para personas discapacitadas a través de programas como los del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), que “tienen en cuenta las circunstancias personales, económicas y familiares de aquellas personas que, de otro modo, tendrían muy difícil hacer turismo”.
La presión ejercida sobre las administraciones públicas y la mayor sensibilización social también han contribuido a alcanzar hitos importantes, como en el acceso a determinados medios de transporte públicos, especialmente el tren y el avión. Cada vez son más las estaciones y aeropuertos que “cuentan con el apoyo de un personal cualificado que proporciona cierta independencia a las personas con discapacidad a la hora de emprender un viaje”.
En el ámbito exclusivamente turístico, otro importante logro, aunque no el único, es la posibilidad que ahora existe de recorrer parte de las murallas de Ávila en silla de ruedas. El hecho en sí podría parecer anecdótico, de no ser porque “con la remodelación que se llevó a cabo se lanzó un mensaje al mundo diciendo que incluso los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad pueden ser accesibles”. Y no solo para las personas con discapacidad, sino también para un turismo familiar que, cada vez con mayor auge, puede hacer uso de estas instalaciones con los carritos de los niños”. Al final, “es el conjunto de la sociedad el que se beneficia”.
Aunque no cabe duda de que se ha avanzado mucho en el terreno del turismo accesible, “todavía quedan muchas cosas por hacer”. En este sentido, las regiones españolas que mejor han sabido adaptarse son, precisamente, algunas de las más turísticas. Así, comprobamos que Castilla y León, País Vasco, Navarra, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid se encuentran entre “las más aventajadas”. De hecho Madrid está planteándose “hacer accesibles todas sus estaciones de Metro”, algo que actualmente solo sucede con las más modernas o más recientemente remodeladas.
Pese a estos indudables progresos, todavía “nos encontramos con que, en general, tanto las administraciones públicas como el sector privado aún no están suficientemente comprometidas con el cumplimiento de las normativas estatales, regionales y locales”. Con esto queda evidente que “normativas tenemos, pero no siempre se cumplen”. A día de hoy no existe ningún tipo de guía o manual oficial que recopile todos los recursos turísticos accesibles en España o en sus Comunidades Autónomas, por lo que a los turistas nacionales, y especialmente a los internacionales, les resulta “muy complicado planificar una escapada, cuando no imposible”.
Una ‘app’ para el turismo accesible
Para tratar de poner fin a esta situación, Predif ha desarrollado, junto a la Fundación Vodafone y el Real Patronato Sobre Discapacidad, una aplicación móvil que, con el nombre de TUR4all, analiza el nivel de accesibilidad de más de 2.400 establecimientos turísticos de todo el territorio español y proporciona un sistema de geolocalización que identifica los más próximos.
La app, en constante actualización, está disponible gratuitamente en las tiendas de Google y Apple, y se espera que para septiembre haya sido traducida al inglés, el francés y el alemán. Con esta iniciativa se pretende atraer la atención de los turistas internacionales con discapacidad, de los que, por cierto, “no existen estadísticas, aunque sabemos que cada vez son más los que nos visitan”.
Fuente: 20 minutos
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