“La accesibilidad no es un asunto exclusivamente arquitectónico, sino que depende de varias disciplinas e involucra a ámbitos como el urbanismo, el transporte o la tecnología”, expresó a la agencia EFE la arquitecta ecuatoriana Sandra Esparza el Día Internacional de las Personas con Discapacidad en diciembre de 2015.

Esparza, que además es cofundadora del Consejo Iberoamericano de Diseño y Construcción Accesible,  pidió cambios en la sociedad en ese sentido “porque nadie está libre de sufrir limitaciones de movilidad a lo largo de su vida”.

“América Latina tiene mucho por hacer en materia de accesibilidad”, afirmó.

En los últimos años la tendencia a generar acciones que permitan la accesibilidad en las ciudades a las personas con limitaciones físicas ha ido creciendo a nivel mundial, pero aún falta mucho por hacer, particularmente en América Latina, tal cual reconoció Esparza.

Por otro lado, la especialista también coincide en que muchas autoridades consideran el tema como secundario y no realizan gastos en ese sentido, cuando en muchos casos estos proyectos bien gestionados podrían realizarse con costos reducidos.

¿Qué implica la accesibilidad?

A nivel conceptual, la accesibilidad es un derecho que implica la real posibilidad de una persona de ingresar, transitar  y estar en un lugar, de una manera segura, confortante e independiente. Para ello, las barreras del entorno físico deber ser suprimidas.

De alguna manera, esto también está contemplado en Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con Discapacidad.

En 2006 fue aprobado por Naciones Unidas el texto (entró en vigor en 2008) que pretende proteger los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad.

Según lo acordado, existe la obligación de promover, proteger y garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos de las personas con discapacidad y garantizar que gocen de plena igualdad ante la ley.

El caso de Curitiba en Brasil

Si bien el tema tiene varias aristas y no se limita solamente a lo arquitectónico, uno de los aspectos más emblemáticos de la accesibilidad tiene que ver con el transporte público.

En ese sentido, uno de los mejores ejemplos en cuanto a área de transporte accesible en América Latina tiene que ver con Curitiba (Brasil), principalmente gracias a la adopción de una Red de Transporte Integrado. Se trató del primer sistema de autobús de tránsito rápido implementado en el mundo.

En esta localidad de Brasil, poder brindar soluciones a las personas con discapacidad se ha transformado en una prioridad desde hace ya varios años. Por ejemplo, una persona en silla de ruedas puede acceder a taxis multi propósito, buses especiales, etcétera.

Las Líneas Directas son otro ejemplo del transporte para las personas en silla de ruedas. La tarifa se paga antes que el pasajero suba al transporte y se reduce el tiempo en la parada.

Aunque luego muchas ciudades siguieron este ejemplo, de alguna manera lo que sucedió en Curitiba fue como un punto de partida, un sistema pionero digno de ser imitado.

Otras ciudades como Medellín (Colombia) han probado experiencias de accesibilidad. En Montevideo (Uruguay), también hubo iniciativas parecidas a través de un proyecto conocido como Corredor Garzón, aunque los resultados no fueron los esperados.

No solo discapacitados

La accesibilidad muchas veces tiende a ser asociada únicamente con personas discapacitadas. Pero también debería contemplar otros públicos como las mujeres embarazadas, personas con problemas transitorios de movilidad y ancianos.

“Nadie piensa que las personas, más tarde o más temprano, nos dirigimos a la tercera edad, no pensamos o no queremos percatarnos de que nuestros padres o abuelos están mayores, tampoco observamos el trabajo que les cuesta salvar pequeños obstáculos”, expresó Esparza.

Por ello, uno de los mayores desafíos, según la especialista, es generar “ciudades amigables para todos”.

Desarrollo de turismo accesible

En República Dominicana varios países de la región participaron en julio de 2015 de la primera conferencia regional sobre turismo accesible, con lo que se buscó también promover este derecho de las personas con discapacidad.

Representantes de México, Ecuador, Brasil  y Argentina presentaron casos de éxito de buenas prácticas en ese sentido.

La actividad fue inaugurada por el Consejo Nacional para la Discapacidad (Conadis).

En aquel momento, el director de este organismo, Magino Corporán Lorenzo, indicó que, “según la Organización Mundial de la Salud, el 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad, por lo cual apuntar a este nicho de público sería una gran aportación a la meta del gobierno dominicano de alcanzar los 10 millones de visitantes por año”, informó EFE.

El derecho a la recreación también deber ser contemplado para personas con discapacidad. Por ende, un turismo accesible también deber ser prioritario.

Por ejemplo, en Argentina, una ley estableció motivar la eliminación de las barreras que impidan el uso y disfrute de la actividad turística por todos los sectores de la sociedad, incentivando la equiparación de oportunidades.

En ese sentido, algunos balnearios argentinos establecieron sillas anfibias para que personas con poca movilidad puedan acudir al mar y la playa.

A nivel de alojamiento también varias ciudades argentinas han contemplado el tema de la accesibilidad.

Un premio a ciudades accesibles

En Europa, el tema de la accesibilidad ha avanzado bastante e incluso hay un galardón para ciudades con más de 50.000 habitantes conocido como Acces City Award.

Los participantes deben presentar actividades y estrategias para reducir las barreras y mejorar la calidad vida de las personas. También que estos proyectos inspiren a ciudades de la Unión Europea. De alguna manera se sueña en un continente sin barreras.

En este sentido, el caso de Europa es digno de admiración. Mientras tanto, en América Latina, si bien hay varias iniciativas y proyectos que siguen esta tendencia, aún se está lejos de lo deseable.  Aún hay mucho por hacer. Todo un desafío, pero también una oportunidad.

Fuente: Aleteia

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