El juego y la diversión son grandes herramientas didácticas que en absoluto están reñidas con la sensibilización social. Lo comprobaron los numerosos vecinos que ayer disfrutaron de una serie de actividades ‘Sin Barreras’ en el pabellón Mata-Jove. Respondieron así a la convocatoria lanzada por los 15 jóvenes que durante diez semanas se han formado como monitores de ocio y tiempo libre en la Asociación Cultural y de Acción Social Mar de Niebla y que decidieron cerrar el curso con una fiesta centrada en la discapacidad.
La jornada reunió a grandes y pequeños en torno a disciplinas como esgrima adaptada, baloncesto en silla de ruedas o handbike (bicis que se conducen con las manos). Entre risas y diversión, los asistentes pudieron experimentar en carne propia lo que es una dura realidad cotidiana para muchas personas y concluir que «aún nos queda mucho por avanzar para que todos los espacios sean accesibles para todo el mundo», en palabras, de Héctor Colunga, responsable de la asociación.
Actividades en colegios
Las dificultades que deben afrontar a diario las personas con discapacidad centró también las sesiones que, a lo largo de un mes, los 15 nuevos monitores, que tienen entre 16 y 25 años, han desarrollado en distintos centros educativos de la ciudad. Éste fue, de hecho, el primer paso del proyecto que ellos mismos han diseñado «para ponerlo al servicio de la gente».
La elección del tema también fue cosa suya. Colunga explicó que «un día se trató el tema de discapacidad y ocio y quedaron bastante sensibilizados». Eso, sumado a la realidad de su entorno, les llevó a poner en marcha, con apoyo de la asociación Cosa Nuesa, una serie de actividades con las que han tratado de concienciar sobre la necesidad de crear una sociedad accesible e inclusiva.
Tras el exitoso fin de fiesta, que se abrió a toda la comunidad, Colunga celebró que Mar de Niebla haya contribuido a despertar conciencias entre vecinos de Gijón como el hecho de que «unos chicos se hayan reactivado, hayan aprendido a organizar actividades y se hayan sensibilizado».
Fuente: El Comercio