El crecimiento del mercado de turismo a nivel internacional abre un mundo de posibilidades de desarrollo y de negocio para muchos destinos y empresas; es claro que la especialización y el turismo de nichos cada vez se está desarrollando más, y se están atendiendo mercados que no habían sido considerados en épocas anteriores.

El derecho a que toda persona pueda disfrutar el tiempo libre y realizar actividades turísticas ha sido discutido en eventos y paneles internacionales, y hoy aún hay muchos segmentos de la población que no encuentran alternativas para poder ejercer este derecho.

Uno de ellos es el turismo para personas con discapacidad; de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, cerca de mil millones de personas a nivel global (15% de la población del planeta) sufren de alguna discapacidad, y es un segmento creciente y dinámico de la población. La Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, define discapacidad como “la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.

Para el turismo, representa oportunidades interesantes ya que las personas discapacitadas suelen viajar siempre con al menos un acompañante, su atención mejora la imagen de las empresas y destinos, viajan en temporadas diferentes a las temporadas altas de turismo, lo que permite ayudar a desestacionalizar los destinos y, debido a sus necesidades especiales, gastan más que un turista convencional.

El universo puede incluir una gran cantidad de discapacidades que deben tener en cuenta las empresas del sector, desde aviones, aeropuertos, empresas de transporte en el destino, hoteles, restaurantes, playas, museos y demás instalaciones de uso turísticos. Se debe poner especial atención a las necesidades de las siguientes personas: personas con movilidad reducida, personas con dificultad en el desplazamiento, personas con visión reducida, personas invidentes, personas con limitaciones auditivas, personas con discapacidad intelectual, personas que portan coche de bebé, entre otras.

Varios países, ciudades y atractivos turísticos han avanzado en el desarrollo de legislación, manuales de buenas prácticas y adecuación de normas de construcción, instalaciones y desarrollo de productos para atender a este importante mercado. Ejemplos de ciudades españolas y europeas como Málaga, Ginebra, Zurich, Burdeos, de sitios naturales como Iguazú en Argentina, y la Comarca de la Vera en Cáceres, España, o de instalaciones de transporte como el ferroviario en Suiza, y los Aeropuertos del Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) en México, nos dan señales de que es posible adaptarnos para acceder a este mercado.

Incluso en Quintana Roo, las instalaciones de accesibilidad de las playas certificadas por Blue Flag, la legislación en el municipio de Benito Juárez para respetar sitios de estacionamiento para discapacitados, la Playa Fundadores en Solidaridad, considerada una playa accesible y la empresa Cancún Accesible, especializada en este segmento, dan idea del interés sobre el tema.

Sin embargo, en nuestros destinos aún nos falta mucho por recorrer para lograr una verdadera estrategia y acciones tendientes a asegurar que nuestros turistas con alguna discapacidad, logren disfrutar mejor de nuestros atractivos y actividades turísticas.

¿Conocen ejemplos en Quintana Roo de destinos, empresas, atractivos y actividades accesibles? Me gustaría los compartan conmigo. Si no es así, ¿qué nos hace falta para avanzar en este sentido?

Fuente: sipse.com

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